Don Beto y Doña Marce me han pedido que haga pública esta carta pues ellos no tienen
computadora, ni facebook, ni correo electrónico, ni conectes en la Prensa y que como
están de moda éstas cosas que mejor así pues por el correo normal a saber si
llega. La transcribo tal cual…
Querido
Ricardo,
No
sabes la alegría que nos ha dado saber que te acuerdas de nosotros, de la
tienda del barrio y de las chamuscas por la tardecita. Ya los patojos crecieron
y ahora son nuestros nietos los que juegan ahí en la misma calle que si te
darías una vuelta por aquí la reconocerías pues sigue igual. Sin drenajes. Sin
asfalto. Y se sigue armando un lodazal en el invierno que para qué te cuento si
tu seguro que te acuerdas. Y la cancha esa que prometieron hacer pues nunca la
hicieron. Que alguien se huevió el pisto, nos dijeron, pero a saber. Mejor no
meterse en esas cosas. Y qué lindo que te acuerdas también de Don Chava. Tan buena gente que era. Lástima que se murió porque ahí en el IGSS no
lo atendieron a tiempo. Pero ni modo, así es la vida.
Hace
unos días por fin vimos el video en el que nos mencionas. Nos habían contado
que estaba bien chulo pero no lo habíamos podido ver. La tele la tuvimos que
vender para poder pagar unas reparaciones que había que hacerle a la casita
después del Mitch ese. Y computadora pues nunca hemos tenido. Pero por suerte
al Marcos le va bien y nos invitó a verlo en su casa. ¿Te acuerdas de Marcos?
Es el que tenía la carpintería. Pues ahora se dedica a hacer ataúdes y vieras
lo bien que le va. Pilas el Marcos. Pues te decíamos que el video está bien
chulo. Todos esos lugares tan bonitos que muestras. Las ruinas esas y el lago
ese y el arco ese se ven muy bonitos. Qué bueno que los pusiste en el video
pues nunca hemos podido ir a conocerlos. Ya sabes, con eso de la comida y la ropa de los patojos
y esas cosas pues con las justas nos alcanza y a veces ni para eso. Pero de eso para qué hablar.
Te
queríamos contar que nos has hecho pensar y hemos decidido
cambiar. Todos estos años trabajando y trabajando de albañil, de ayudante en el
taller, lavando ropa, torteando en el mercado y seguimos igual que cuando tu
vivías en el barrio. Hasta conseguimos trabajo en una maquila y en una agencia
de seguridad y nada. Nos cambiamos de religión y nada. Hemos votado y votado y
nada. Igual seguimos. Y ahora más difícil todavía porque ya no estamos tan
jóvenes y ya no nos quieren dar trabajo. Y con tanto patojo buscando trabajo
pues ni modo que prefieran contratarlos a ellos. Y pues la verdad es que no entendemos por qué
seguimos igual. Ha de ser que sin darnos cuenta le fallamos a Guatemala, como
dices en el video tan chulo que hiciste. Pero por más que pensamos y pensamos
no nos damos cuenta en qué fallamos. Nos decían que teníamos que trabajar y
hemos trabajado y trabajado. Nos decían que teníamos que rezar y hemos rezado y
rezado. Nos decían que no teníamos que meternos en política ni nada de esas cosas
raras y no nos hemos metido en nada. Pero vieras que igual seguimos bien
jodidos.
No
vayas a creer que somos unos resentidos, Ricardo. O que no estamos
agradecidos por las cositas que tenemos y que nuestros patojos estén ya grandes
y no se hayan muerto de niños como los de muchas comadres del pueblo. Pero de
plano algo malo hicimos porque dale que dale y no hay modo. Y por eso queremos
cambiar y ser mejores pero no sabemos qué hacer. Quizás tenemos que ser más
optimistas, trabajar aún más, rezar con más fe, agachar más la cabeza y pues
confiar que todo se va arreglar pronto. Pero a veces se
pierde la esperanza, vieras, y se pierden las fuerzas y ya no dan muchas ganas de nada. Como cuando uno ve en tu
video las cosas tan chulas que hay en nuestra tierra y que no hemos podido
conocer. Como cuando cada cuatro años los políticos esos que llegan al barrio
tienen carros más bonitos y nosotros vamos al IGSS a pedir la medicina y nos
dicen que no tienen fondos y que regresemos en un mes. Como cuando uno junta
sus centavitos y zas, lo asaltan a uno en la camioneta. Pero tal vez es mejor dejamos de quejar y ser optimistas, sonreír y seguir poniendo las mejillas que de esas sí
tenemos muchas.
En
fin, Ricardo, no queremos cansarte con nuestras cositas que tu tienes tus cosas que hacer. Nos encantaría ir a
verte al Mateo Flores, pero ni modo, así es la vida. Pero muchas gracias por
acordarte de nosotros y ya sabes que te queremos mucho y siempre te tenemos muy presente.
Con
mucho cariño,
Don
Beto y Doña Marce
P.S.:
Ya sabes que si quieres darte una vuelta por el barrio, ésta es tu casa
y con gusto ponemos unas tortillas en el comal, traemos la marimba y nos
tomamos una rosita de Jamaica o un atolito. Y si nos avisas con tiempo, hasta
te conseguimos una pepsi porque aquí en casa ya no
tenemos desde que el doctor del IGSS nos la prohibió hace unos años porque, así
nos dijo, tiene mucha azúcar y otras cosas que hacen daño. ¡A saber!
Nada más te confundiste, Ricardo. A Don Salvador le decíamos Don Salva. Chava sólo dicen en las novelas mexicanas. O decían, pues. Ahora saber, porque como te digo, ya no tenemos tele. Pero no es que me esté quejando, pues.
ReplyDeleteLo volveremos a leer en 10 años y estaremos igual aunque usemos las remesas porque ahora con el nuevo paquete, saber...
ReplyDeleteABA