8.14.2011

Cuento dominical: Lo fatídico


Si pudiera volver el tiempo y empezar nuevamente haría exactamente lo mismo; lo fatídico es una categoría bastante subjetiva, ¿sabe? Claro, hay que aparentar que uno está de acuerdo, que uno siente lo mismo que todos, el dolor colectivo, la pobreza. Ya sabe, todo eso. Pero por dentro uno a veces se alegra y hasta lo celebra. Quizá se nota un poquito, en los comentarios que se hace, en la ausencia de lágrimas, en los chistes que se cuenta, pero generalmente pasa desapercibido. Lo fatídico no siempre es malo, menos para alguien que como yo se dedica, a veces sin querer eso sí, a planear y ejecutar fatalidades. Y no es que lo celebre o me sienta orgulloso de ello, es simplemente lo que hago y ya. Lo que me tocó hacer, pues. Algunos disparan desde motos. Otros secuestran. Otros aún más entusiastas se incorporan a las filas del ejército. Yo no. Ese contacto directo no va conmigo. Lo mío son las oficinas; las mías, las del ministerio, da igual. Es desde ahí que la fatalidad se puede distribuir más equitativamente y yo, como lo sabe, soy un ferviente creyente en la democracia y el estado de derecho. Así que si me pregunta, si realmente quiere saberlo, no. Para nada. Es más, como le dije, haría exactamente lo mismo. Ahora, si me disculpa, me voy a dormir un rato que me espera un largo día.

No comments:

Post a Comment