3.11.2009

Eustaquio, Falopio y Yo

De los tres, Eustaquio es el mayor. Su virtud es hablar poco y escuchar bastante. Pareciera regirse por el refrán: el hombre tarda tres años en aprender a hablar y toda una vida en aprender a escuchar. Prefiere no opinar si no tiene algo bueno que decir y, como vive escuchando, siempre está enterado de todo lo que pasa a su alrededor. Falopio, por su parte, es más joven y excesivamente impulsivo. No piensa mucho las cosas, aún tiene ideales y está seguro de poder cambiar el mundo. Falopio es instintivo, con el empuje y las ganas que deberían de caracterizar a la juventud. Habla de más y pocas veces se arrepiente de lo que dice. A menudo hasta lastima a la gente con sus comentarios, pero nunca con mala intención. A Falopio le importa poco casi todo. Yo es el tercero del grupo. Los conoce desde hace bastante tiempo y fue él quien los presentó. No tiene una ideología definida. Si diríamos que Eustaquio es negro y Falopio blanco, Yo sería gris.

A mucha gente le sorprende que se lleven tan bien. A menudo se juntan los tres a tomar café, dialogar y, de vez en cuando, insultarse un poco. Pero se complementan y se ayudan bastante. Cada quien tiene un poco de razón o, como dicen por ahí, la razón la tienen entre todos.

Cuando Yo está a solas con Eustaquio a veces se aburre. No habla mucho, se limita a escuchar y agregar una que otra palabra por ahí y la plática se acaba rápido. Y Yo se desespera y extraña la confrontación verbal, extraña discutir. Por otra parte, estar a solas con Falopio puede ser realmente exasperante. El muchachito nunca escucha y realmente le importa poco lo que el otro opina. Y bueno, Eustaquio y Falopio no se juntan solos pues se conocen a través de Yo. Pero cuando están con Yo dejan de ser tan radicales y tratan de unirse un poco en el medio, de encontrar puntos de convergencia, salvaguardando sus diferencias. Entonces la pasan muy bien. Definitivamente Falopio respeta bastante a Eustaquio y se calma bastante en su presencia y hasta por ratos le gustaría ser un poco como él. Por su parte, Eustaquio da a veces la sensación de envidiar a Falopio y añorar los tiempos en que él era un poco menos sensato, recatado e introvertido. De vez en cuando se denota una expresión de melancolía en su mirada, como si viera en Falopio algo que él dejó de ser. Pero a veces esa mirada se vuelve de lástima, como diciendo qué bueno que ya no soy así.

Y todo eso hace que los tres sean muy buenos amigos; tan amigos que a veces parecen ser uno.

2 comments:

  1. yo conozco a uno
    que se parece a yo

    para beirut hay que hacer transfusiones de ipod.
    bessos musicales, m

    ReplyDelete
  2. Me recuierda a la relación con mis hermanos...


    Saludos!

    ReplyDelete